—¡Maneja más lento, no llevas animales! —Grité extremadamente molesta, después de todo llevamos quince minutos desde que salimos del hospital y la calma no ha sido algo que protagonice esos quince minutos.
Tome el asiento de copiloto, justo a un lado de Han Emris, quien es el conductor.
La radio del auto suena las entrevistas de su canal, irónicamente quien me entrevisto fue un joven periodista de Latte TV's y apenas subi al auto, eran claros sus nudillos blancos de tanto apretar el volante.
Y quizás.
Solo quizás.
Si le molestó en verdad que negara la existencia de un algo entre nosotros, a pesar de ser la pura verdad.
Después de todo, ese algo acabo en el momento que me enteré que era un hombre casado.
Y claro, después de escuchar mi grito a los cuatro vientos, bajo la velocidad del vehículo, mostrando una expresión sería e impacible, la mítica frase de “Si lo cortan no le sale sangre” le queda bastante bien, como anillo al dedo.
Me volteo a ver de reojo, con sus cejas fruncidas y la