Al día siguiente
La mañana estaba gris y húmeda por la lluvia de la madrugada. Ren se escabulló de su edificio temprano, antes de que los guardias notaran su ausencia. Camino rápido por el campus, casi corriendo hasta la cafetería. Apenas abrió la puerta, olió ese perfume embriagador que reconocería incluso con los ojos vendados.
—¿Huyendo de tus guardaespaldas otra vez? —preguntó Hyeon, sonriendo con ternura mientras se quitaba la chaqueta de cuero rojo oscuro.
No podía jugar sus acciones del día anterior. Ren debe sentirse preocupado.
—Cállate… —gruñó Ren, sentándose frente a él con su café de pistacho.
Se alegre de ser la primera persona que ve en la mañana aunque no lo parecía. Hyeon tomo su mano pero Ren le dijo que debía irse, porque tenía una clase muy temprano.
A media mañana Ren estaba sentado en la biblioteca cuando de pronto sintió un abrazo por detrás. Hyeon siente que algo le pasa a su omega.
— ¿Dónde se metió el conejito esta vez? —se burló Hyeon, tomando un libro con la