Narrado por Ragnar
El aire dentro del gran salón de la manada era denso, cargado de ira y desconfianza. Alrededor de mí, los lobos se congregaban en un círculo cerrado, sus rostros marcados por la duda y la frustración. Pocos se atreverían a desafiarme abiertamente, pero sabía que su lealtad pendía de un hilo. No los culpaba. Yo mismo podía sentir la grieta que había abierto entre nosotros.
Marcus, mi beta, fue el primero en hablar. Su voz era un rugido contenido, una mezcla de respeto y reproche.
—Nos has puesto en peligro, Ragnar. Toda la manada está en riesgo por tus decisiones. ¿Cómo esperas que sigamos ciegamente a un alfa que prioriza a una bruja por sobre su propia gente?
Un murmullo de asentimiento recorrió el círculo. Vi cómo algunos desviaban la mirada, pero la mayoría mantenía la vista fija en mí, esperando mi respuesta.
Aldara.
Era su nombre el que querían condenar. Su presencia, su existencia misma, había puesto en entredicho mi liderazgo. Pero no era solo ella. Era lo qu