Un día de los inocentes no tan inocentes p3.
Llegué temprano al orfanato para ayudar con los preparativos del concierto y lo primero que mi queridísima amiga Alma me pregunto fue.
—¿Y Ben?
Pero si parecen pegados con la gotita ¿Qué esperabas?
—Hoy lo pasaría con sus padres y su sobrinito, además no es que seamos siameses, Alma.
—Pues lo parecen, pero mejor ayúdame con estas guirnaldas de palomitas que sino las gemelas se las comerán todas.
Y heme aquí, haciendo guirnaldas de palomitas de maíz con los más pequeños hasta que llegan mis amigos como siempre discutiendo.
—¿Qué pasó ahora con Adrián?
—Nada que no tenga una solución como lanzarlo de un avión y sin paracaídas.
—¿Cómo reaccionó Cam con lo del beso?
—Te lo encargo, casi lo volvió a dejar en coma de la golpiza que le dio ayer.
—¡¿Qué?!
—Sip, nos topamos ayer con el idiota y Cam no se aguantó.
—¿Y por qué está aquí ahora? No lo entiendo.
—Porque lo enojados les duró menos que un paquete de palomitas, ya se reconciliaron.
—Ellos jamás van a cambiar.
—Ah… a veces es aterrado