La previa...
Por Jacqueline Henderson
Mi suegro había interrumpido mi día de trabajo como siempre lo hacía ordenando…
—El domingo estamos invitados a la barbacoa familiar de los Scott. Tienes que prepararte bien, junto al niño. Es imperioso que nos veamos como la familia ejemplar que somos.
—Pero...
Intenté hablar, quería ir al hospital y llevar a Daniel, si el doctor Cicarelli me lo permitía.
—Pero nada, Jacqueline. El futuro de la empresa y de todo lo que poseo depende del matrimonio de Benedict, así que harás lo que yo digo, como yo lo digo.
Agaché mi cabeza y solo asentí. Era otra de las marionetas de Benedict Henderson padre y, al paso que iba, eso jamás iba a cambiar.
Después de ese amoroso encuentro mi suegro salió de mi oficina, yo seguí leyendo los documentos que estábamos trabajando con mi equipo para la licitación. Si de algo estaba segura era que para llegar a ellos teníamos que congraciar al Coronel a cargo y, aunque no me gustaba, la situación lo ameritaba.
—Señora Hend