Cuando Ángel buscaba consolidar la alianza con la Manada Sombra Lunar, realmente se portó increíblemente atento conmigo.
Trajo las presas más robustas, ahuyentó las bestias que amenazaban nuestro territorio e incluso, cuando enfrentamos una oleada menor de criaturas, ignoró las objeciones de los ancianos de Pino Plateado y lideró personalmente un grupo para apoyarnos.
Muchas veces traté de dejar atrás el nombre de Lucas. Pensé que por fin podría enterrar ese amor antiguo.
Quizá debía aprovechar esta segunda oportunidad, por mi manada y por mí misma. Si la perdía, probablemente terminaría sola en la Manada Sombra Lunar.
Pero nunca sentí con Ángel, ese joven Alfa impulsivo, esa conexión profunda que estremece el alma.
Mi manada Sombra Lunar necesitaba aliados, pero en el fondo, lo que yo anhelaba de verdad era una pareja auténtica.
Una unión seria, con el apareamiento como verdadero propósito.
Cierta vez, cuando apareció en el límite de nuestro territorio con una nueva cacería, le preg