Mientras la cabeza de Nina daba vueltas, la de Salvador trabajaba a mil por hora
Él necesitaba saber qué era lo que ella quería porque le daría todo lo que ella le pidiera, pero tampoco podía sobrepasar sus límites
¿Qué debía hacer cuando ella parecía querer que él hiciera precisamente eso?
Tenía que preguntarle a ella hasta dónde podía llegar o, al menos, tantear sus intenciones…
Colando una mano por debajo de su ropa, exploró en su entrepierna
La humedad de Nina lo sorprendió tanto como si fuera un caminante que llevaba años caminando en círculos por el desierto y de pronto se encontraba con una fuente de agua
La deseaba tanto, que haberla tenido unas noches atrás, luego de tanto tiempo, no se sentía real y, por lo tanto, no era suficiente para saciar cinco años de anhelos y ausencias
Necesitaba hundirse en ella, en su humedad, en su calor
Estaba desesperado
- ¿Recuerdas lo que se siente tenerme dentro de ti? – le preguntó, con los ojos oscuros por el deseo
Y Nina asintió
Salvador p