Eva miraba desde la ventana de su habitación a las personas que se acomodaban alrededor de las mesas forradas de blanco.
Tenía el corazón inflado de alegría y una sonrisa llena de amor.
- ¿Supiste que Marcos va a trabajar como parte del comité que evalúa a los alicantes para unirse al ejército? – preguntó sin voltear a ver al hombre detrás de ella.
Ya no necesitaba confirmar que estaba allí, él estaba siempre que ella lo buscaba.
- Sí, lo supe, Marcos lo contó hace dos días.
- Daniela está contenta.
- Él también.
- Tendrá que presentarse a diario en el cuartel, pero no tendrá que salir en otra misión.
- No fue su elección, en realidad… Le ofrecieron mi puesto, pero él lo rechazó así que lo mandaron allí.
- Al final, fue como hacerles un favor… podrán pasar mucho tiempo juntos sin miedos ni angustias.
- Marcos y Daniela son la combinación más despareja que pude conocer.
- Pero se ven bien juntos.
- Daniela atrapó a Marcos cansado – rio.
Salvador la abrazo por detrás.
- Hey, cuidado con