Nina estaba que echaba humo
- Ves… ahí estás de nuevo… El General Domoniccie … Te diré una cosa Salvador, yo no soy ninguno de los hombres de tu pelotón como para que me digas cuánto tiempo tengo para hablar… voy a decir todo lo que quiero decir
Caminó hasta él, las ganas de destrozarle esa hermosa cara para ver si debajo de esa expresión tan fría y dura como un iceberg, había algo más, comenzaban a ser cada vez más serias
- Me ignoraste, me humillaste, me maltrataste y… ¡Me engañaste!
Salvador la miraba de una manera que no podía entender
- ¡Quiero que sufras lo que yo sufrí!
- Llevo cinco años cargando con la culpa… a esta altura, no pretendo que me exoneres
- Quiero que sientas lo que es estar a la deriva, como si no fueras nada más que un… barco de papel… hundiéndose en el antojo de los otros
- ¿Por eso te acostaste conmigo? ¿Para jugar conmigo? No era una despedida ¿No?
- ¡Sí! Igual que tú hiciste conmigo durante meses, que te metías en mi cama y luego desaparecías…
- Jamás fu