Capítulo 48: Mvimiento.
Alexander, mientras tanto, sostenía el teléfono con tanta fuerza que sus nudillos se habían puesto blancos.
— Moviliza a todos. Quiero cámaras, quiero rutas, quiero placas. ¡Encuéntrenla! — rugió a Martín, su asistente de confianza.
La rabia hervía en su pecho, pero también el miedo. Porque sabía que no era un simple secuestro. Sabía que había alguien detrás, alguien que quería arrancarle lo único que realmente importaba en su vida.
Y prometió, con la voz rota pero feroz, que no descansaría hasta traerla de vuelta.
— Señor. Todas las cámaras del estacionamiento están apagadas. Sin embargo, logré obtener uno del edificio de en frente. — Le tendió la tableta para visualizara —. No se ve a la perfección, pero se nota que la han golpeado en la cabeza. Y aquí… — Señala la pantalla —. Es una furgoneta…
— Lo estoy viendo Sofía — interrumpe Alexander y la mujer guarda silencio —. ¿Por qué no estabas con ella? Tenías una orden que cumplir, más cuando ese bastardo estaba con ella. ¿Te asegurast