Una visita inesperada

—Dana —

Los años habían transcurrido con tranquilidad, mi puntito era el diablillo más desordenado y alocado del mundo, pero lo amaba así tal cual era. El parecido con su padre era abrumador, lo único que había sacado de mí era el color de mis ojos y pare de contar.

Teníamos una vida tranquila y acogedora en Zaragoza. Newtt y Antonio habían adoptado a una pequeña preciosa que era la adoración de sus padres y los cinco vivíamos en un barrio tranquilo de la ciudad.

Cuando Newton decidió retirarse para estar cien por ciento dedicado a su familia mi contrato con la señora Valery también terminó, pues había decido radicarme aquí, así que vendí mi pequeño piso en los Ángeles y con mis ahorros y los de Newtt creamos una pequeña empresa de asesoramiento y representación de nuevos talentos. También aproveché de hacer algo por mí y estudié marketing para sumar mejores ideas a nuestra empresa.

Me levanté como todas las mañana a preparar el desayuno de mi familia y ver lo que teníamos para hoy, mientras colocaba el café sonó mi teléfono y como la pulpo en que me había convertido gracias a esos dos pequeñines contesté el teléfono con mi codo sin ver quién era.

—Rogers…

—Mierda, esa manía de contestar con el apellido — mi corazón dio un vuelco, m****a ¿por qué no vi quien era? idiota, es peor ¿cómo consiguió mi número? me reclama mi conciencia.

—A… ¿Alma?

—La misma que viste y calza—me la imaginé mirándose en un espejo y a pesar de todo sonreí—, por lo menos no has olvidado mi voz inconsiderada.

—Alma yo…

—Alma nada, tienes que hablar conmigo, no puedes seguir negándote y escondiéndote o te prometo que te iré a buscar de las mechas a dónde sea que te hayas escondido, sombrita inconsiderada.

—Alma, este es un mal momento…

—Y ¿cuándo será un buen momento, Dana? ¿Cuándo me muera y vayas a mi funeral a decir el discurso póstumo de la ingrata amiga que me abandonó?

—Yo… yo lo siento...

—Mira Dana, eres mi mejor amiga y te amo, pero m****a mujer, estar separadas por tanto tiempo me duele.— los sollozos de Alma me preocupan, en mi cabeza siempre estuvo la idea que el estar separadas no le afectaría tanto, a pesar de todo lo que le había pasado, pues tenía a Enzo, a las gemelas y a su familia, pero al parecer estaba equivocada.

—Alma, esto es muy difícil para mí, la verdad es que…

—Te prometo que no hablaré del baboso.

—¿Qué?

—Dana...—suspira — Ya lo sé todo.

¿Qué era todo lo que sabía? ¿Jex se habrá ido de lengua? ¿Sabría de Tommy? Pero ¿Por qué no vino antes? «tonta, si cambiaste hasta tu número ¿cómo iba a venir o siquiera encontrarte?» M****a ¿qué hacía ahora? No tuve mucho que pensar, ella ya sabia "todo" y yo quería saber qué era ese "todo".

—Está bien, podemos hablar…

—Entonces abre la maldita puerta, que ya me duelen los pies de tanto esperar aquí afuera.

—¿Cómo?

—¡Qué abras la puerta, maldita sea!

El timbre comenzó a sonar y ahora no había vuelta atrás, Alma sabría mi secreto...

Caminé con pies temblorosos, necesitaba que dejara de sonar ese maldito timbre, los niños se despertarían y mi pequeño diablillo lo haría de la peor forma. Llegué a la puerta y la abrí, mis ojos se humedecieron al verla tan delgada y demacrada ¿Qué había pasado con mi ASS? ¿Y dónde estaba Enzo y su seguridad? No pude decir nada, porque esa loca de patio se lanzó a mis brazos llorando como Magdalena, lo que nos hizo tambalear a ambas y casi caer. Definitivamente, seguía siendo esa chiquilla loca que me había ofrecido su amistad sin esperar nada a cambio, aunque su cuerpo delgado me preocupaba.

—Eres una mala amiga, inconsiderada, me dejaste sola y m****a no sabes cuánto te extrañé.

—Alma, perdóname.

—Perdóname tú a mí, por no ser lo suficientemente confiable para ti y no estar contigo después de lo que pasó.

—Alma, eso…

—Era… ¿no? soy tu amiga y no confiaste en mí y no pude estar para ti…

—No es porque no confiara, es más bien porque.

—Buenos días.

—¿Newtt?

—Pueden entrar y cerrar la puerta, su escándalo estará en los portales en menos que canta un gallo.

—Mierda Dana ¿Vives con Newtt?

—Bueno…

—Y conmigo.

—Wow, Toñito, es un gusto verte.

—Lo mismo digo, preciosa. Ahora, háganle caso ya a mi chico y sentémonos a desayunar, estas muy flaca mujer ¿Tú marido no te alimenta?

—Idiota, no es eso, pero tienes razón, muero de hambre— Alma entró a nuestro departamento como Pedro por su casa y se instaló en la barra de desayuno, mientras se servía un vaso de leche—. Ahora, los cuatro debemos hablar ¿no creen?

Con Newtt y Antonio nos quedamos mirando, era el momento. Alma estaba frente a nosotros y yo buscaba las palabras para hablar, espetando que no se notaran mis nervios.

—¿Qué es lo que sabes?—fue lo que salió de mi boca, debía tantear el terreno, eso, eso era lo mejor…

—Te respondo con otra pregunta ¿Ellos saben todo?— m****a, ahí venía el gen Soré, Alma era igual de manipuladora que su madre para sacarme la información, pero no hay mentiras con los chicos, así que asentí.

—Perfecto, entonces te cuento lo que yo sé y es que Thomas fue drogado en la fiesta de mi matrimonio con mi miele y que estuvo contigo en forma, ya sabes.— movió sus cejas dando a entender que había sucedido intimidad con ese demonio de tres patas y los chicos esbozaron una sonrisa cómplice.

—Eso fue lo que pasó y fin de la historia. —respondí secamente.

—No he terminado, mi sombrita…

—No hay nada más que decir…

—Eso es mentira y lo sabes, algo más sucedió y no creo que solo fuera el hecho de que te tratara como prostituta o te haya confundido conmigo el muy idiota, hay algo más que me estás ocultando. Tú no habrías cambiado conmigo y me dejarías de hablar por tantos años por una estupidez, es más, la Dana que yo conozco habría querido saber qué pasó y no perder nuestro contacto.

—Las cosas del pasado deben quedarse ahí, muertas y bien enterradas, Alma.—estaba dando patadas de ahogado, pero no quería que Alma supiera la segunda parte de esta historia.

—Repito, me parece bien que quieras dejar el pasado atrás, pero no que nos dejáramos de hablar. Mira, Dana. Entiendo que mi relación cercana a Thomas te haya hecho pensar que podría ponerme de su parte, pero mensa soy tu amiga. Y, en último caso, ambas nos resguardábamos, yo te habría guardado el secreto y listo. No tenías porqué desaparecer de nuestro radar.

—Yo, yo, lo siento mucho, Alma…

—Ya deja de sentirlo tanto y pásame la mermelada, quiero mi pan rebosante de ella. —

Alma, me hizo sonreír, estaba tan cambiante y su ánimo iba del llanto a la risa en un abrir y cerrar de ojos. M****a… ¿Estará embarazada? Creo que los chicos piensan lo mismo, pues los tres nos volvimos a mirarla con cara de asombro, le pasé la mermelada y ella hizo lo que dijo, sacó una enorme cucharada de mermelada y la puso en su pan, para luego darle un gran mordisco.

—Alma… ¿Estás?

—Lo estoy y este pequeñín molesta más que las gemelas y que mi angelito — su rostro se ensombreció y un dolor en mi corazón volvió a sacudirme, mi amiga, aún sentía la pérdida de su bebé y ahora, traía otra vida al mundo, no me imaginaba lo que habría pasado si a mi puntito le hubiese sucedido algo—. Pero bueno, la vida sigue y aquí me tienes, necesitaba verte y hablar contigo, no puedo dejar de pensar que te dejé solita tanto tiempo, aunque veo que estos dos te han hecho buena compañía. A propósito, felicidades por su unión.

—Gracias, preciosa.— responde Newtt y toma su mano, mientras Antonio sonríe feliz.

—Pero cuéntenme qué ha sido de ustedes en todo este tiempo.

—Uff tantas cosas amiga, pero debo decir que ha sido el mejor tiempo de mi vida, dejar la vida del espectáculo fue un verdadero descanso.

—Pero igual se mantienen con la agencia.

—Mira tú qué bien informada estás.

—Debía tantear el terreno, aunque les diré que ese incordio de Jex pasó a ser mi enemigo número uno.

—¿Qué hizo?

—Di Mejor ¿Qué no hizo? Ese otro desgraciado, ocultó mucho la información de mi amiga, sólo supe de ustedes, pero no que ella estaba aquí mismo en Zaragoza.

—Y ¿Cómo te enteraste?

—Aitana…

—¡Mierda!

—Si, m****a mi sombrita, ¿ Quién iba a pensar que venir al atelier de Aitana me llevaría a ti?

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