—Dana—El día de la boda de Alma y Enzo…—¿Todo bien, Dana?—Sí, sí, Jex. Todo bien.—¿Segura?—Ya deja de ver debajo del agua Jex, estoy bien. Ven, vamos a bailar.Había estado preocupada por Thomas, a penas si nos saludamos cuando llegué y, después de verlo terminada la ceremonia, sabía que estaba triste. sentía unas ganas enormes de acompañarlo, pero la vergüenza me ganaba y no hice nada.Cuando llegué a la villa del al abuelo de Alma, justo después del vuelo que me trajo de los Ángeles, a penas pude hacer algo, por suerte me cambié en la camioneta para alcanzar a estar lista para la boda.Desde que Alma decidió hacer un break en su trabajo, cuando nacieron mis princesas. La señora Valery me puso a cargo del incordio de Newton Van Pelt. Todo un desafío, pues su carrera había despegado desde la nominación de la película y de ambos actores en Cannes y, aunque él no lo ganó, las ofertas llegaron como pan caliente. Así que después de este viaje express a Italia, debía ponerme a dispos
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