Paz lo miró, sus ojos llenos de preguntas, pero con una chispa de desafío que Randall Coleman reconocía y respetaba.
—¿Qué es lo que realmente quieres, Randall? ¿Cómo supiste de mi embarazo? —preguntó, su voz firme a pesar del temblor en sus manos.
Randall sonrió con la calma de quien siempre juega con ventaja.
—Sé más de lo que imaginas, Paz. Conozco tu trabajo con el grupo Costa Azul, cómo tu talento los llevó a cerrar ese proyecto multimillonario. Eres una ingeniera brillante, y quiero que trabajes para mí.
La palabra "quiero" pesaba en el aire. Randall no pedía, imponía.
—Trabajarás conmigo, lejos de esta ciudad. Terry Eastwood no podrá tocarte, ni siquiera encontrarte. A cambio, tendrás un sueldo excepcional y la oportunidad de construir algo extraordinario. Juntos, Grupo Coleman no solo competirá, sino que dominará.
Paz sintió que su corazón latía desbocado. Por un instante, pensó en la vida que dejaba atrás: un esposo que nunca la amó e intentó matarla, una hermana que la traici