Nicolás regresó junto a Helena con dos vasos de jugo de manzana en las manos. Se sentó a su lado y colocó las bebidas sobre la mesa.
—Gracias —Agradeció y bebió un sorbo—. Olvidé contarte que Diana está embarazada de Gabriel. Tal vez eso lo hizo cambiar un poco.
Nicolás estaba bebiendo jugo y se ahogó al escuchar la noticia. Tosió varias veces, Helena tuvo que darle leves palmadas en la espalda para que se calmara.
—¿Embarazada? ¿Mi hermano va a ser padre? —cuestionó, incrédulo.
Él no se imaginaba a ese hombre criando a un niño. En la discusión que tuvo con él, no lo mencionó. Nicolás tragó saliva y se quedó absorto en sus pensamientos.
—Sí. Pienso que por esa razón Diana estaba tan confiada en el pasado cuando me robó mis diseños —argumentó Helena, uniendo las piezas—. Ese era su as bajo la manga.
—¿Qué tiene que ver el embarazo?
—Darle un heredero le asegura su futuro, aunque Gabriel se entere de que Diana no es su diseñadora estrella —explicó, inclinando ambas cejas—. Un emb