Tres días antes de la gala, Helena estaba en el departamento de Nicolás, sentada junto a él en la cama, con la luz de la luna metiéndose entre las cortinas. Ella deslizó suavemente su mano por su muslo, con una sonrisa traviesa en los labios.
Él andaba revisando su celular ya que hace poco anunció que la boda sería el próximo mes. Sus fanáticos no dejaban de hablar de ello.
—Helena Cooper se ha ganado la lotería. Se casará con un multimillonario —Se refería a las citas en Internet.
Ella alzó una ceja.
—¿Ah, sí? —murmuró, en tono juguetón—. Pero ese multimillonario no hubiera llegado a la cima sin mí. ¿Qué más dicen de nosotros?
—Muchos usuarios se preguntan dónde será la boda, pero obviamente no podemos dar detalles —dijo, mirando la pantalla.
—Si se enteran, será un problema. Vendrán todos como una avalancha y ni los de seguridad podrán detenerlos —comentó.
—Exacto.
Helena apretó los labios. Ella no solía iniciar en los momentos íntimos, sin embargo, sentía que necesitaba un p