DANNA WESTER
—¿Entonces Darcey no quiere hablar contigo? —pregunté sentada en el mueble observando a mi hijo Lide, él miraba a través de la ventana a los Henks, las luces estaban encendidas pero no había nadie por fuera, la señora Alexandria había llegado en le madrugada completamente alterada directo a ver si su hija estaba bien y no habían salido de su casa desde entonces.
—No, ella ahora me odia —dijo Lide—, no soporta que la hayamos engañado, no entiende que todo lo hicimos incluso para protegerla a ella.
Me había contado que Darcey no había ido a la escuela, pero todo había sido muy reciente, h