REY DE CORAZONES. CAPÍTULO 55. Algo que decir
REY DE CORAZONES. CAPÍTULO 55. Algo que decir
Una semana después, Tristan estaba en el ático del Club de Reyes, sentado en la mesa de póker, moviendo las cartas entre los dedos sin realmente verlas. Había pasado esos días como un fantasma: sin dormir, sin comer bien, sin poder concentrarse en nada. Lo habían visto llegar y salir del club como un autómata, siempre con la misma expresión vacía. Frente a él, el mazo se deslizaba una y otra vez entre sus manos, barajando sin propósito, como si las cartas pudieran darle alguna respuesta que el mundo no tenía.
El silencio del lugar se rompió con el sonido del ascensor; y Alaric y Rowan entraron, intercambiando miradas que decían “esto no pinta bien”. Sin decir una palabra, se sirvieron un par de tragos del whisky caro que siempre guardaban ahí y se sentaron frente a Tristan, pero este ni siquiera levantó la vista al principio.
—¿Ustedes sabían? —preguntó de pronto, con la voz ronca y cansada; y Rowan frunció el ceño.
—¿Saber qué?
—Que Cally