CAPÍTULO 70. Ego y revelaciones
CAPÍTULO 70. Ego y revelaciones
Ulises entró en la sala de juntas como si todavía fuera dueño del mundo. Caminaba con ese aire suyo de arrogancia vieja, como si los acontecimientos recientes no le hubieran hecho ni una grieta en el ego aunque todos sabían que ese no era el caso. Su traje estaba perfectamente planchado, su corbata bien anudada, y su expresión era una mezcla de condescendencia y soberbia. Se detuvo en medio del salón, con las manos en los bolsillos y una sonrisa ladina que no alcanzaba a sus ojos.
—¡¿Tú qué mierd@ haces aquí?! —siseó Rowan entre dientes.
—Bueno —respondió Ulises, mirando a todos como si esperara una ovación—. Espero que no hayan olvidado que fui elegido presidente de esta junta directiva por los accionistas, y me temo que ese cargo no cambia solo porque a algunos les moleste mi presencia.
El silencio en la sala fue absoluto. Las pocas personas reunidas allí lo observaron como si se hubiera vuelto loco o de plano su descaro sobrepasara cualquier límite.