CAPÍTULO 71. Palizas y amenazas
Si a Raven alguien le hubiera dado una bofetada en pleno rostro, probablemente se habría quedado menos impactada, pero lo que el ego de Ulises leía como que la había dejado impacta por sus palabras; era en realidad incredulidad y consternación, porque Raven no podía creer que en su cara le estuviera diciendo semejante estupidez.
—Espera espera… me dices… ¿Me dices que si te transfiero mis acciones de esta empresa hay alguna posibilidad de que tú y yo…? —intentó preguntar pero realmente era demasiado difícil hacerlo sin reírse en su cara.
—Así es —respondió Ulises levantando aquella barbilla altanera—. A mí no puedes engañarme. Solo estás con mi tío por despecho, porque yo te desprecié. Pero todavía tienes la oportunidad de arreglar eso. Pásame las acciones y volveré contigo.
Raven lo miró con una mezcla de risa y desprecio.
—Volver contigo. Pues vaya mierd@ de premio, ¿no? —dijo con una carcajada que hizo que el hombre frente a ella se tambaleara como