CAPÍTULO 54. Rutinas y tormentas
CAPÍTULO 54. Rutinas y tormentas
Raven y Rowan llegaron temprano a la empresa. A esa hora, los pasillos estaban aún medio vacíos, llenos del zumbido bajo de las máquinas de café y el sonido de tacones al fondo. Era la sede principal de Harrelson Holdings, un edificio elegante, pulcro, de líneas modernas, pero también intimidante. Y Raven, aunque ya no era una extra en ese mundo, lo sintió todo un poco abrumador.
Rowan, en cambio, se movía como pez en el agua… o silla… ¡eso mismo! Saludaba a todos por su nombre, hacía chistes rápidos con los ejecutivos más duros y se tomaba su tiempo para presentarle a Raven hasta al guardia de seguridad del estacionamiento.
—Buenos días, señor Harrelson —decía la gente, y él respondía con una sonrisa discreta, de esas que no decían mucho, pero imponían respeto.
—Les presento a mi esposa, Raven Harrelson. Estará acompañándome estos días —decía, y la miraba como si fuera su carta más fuerte.
Raven sonreía con seguridad, aunque por dentro estuviera toman