CAPÍTULO 22. Manipulación y lecciones
CAPÍTULO 22. Manipulación y lecciones
Raven se sentó en el diván, cruzó las piernas y se quedó mirando por la ventana como si el paisaje pudiera responderle la pregunta que le venía dando vueltas desde hacía horas:
“¿Cómo diablos consigo que Rowan invite a Jessica a la boda?”
Sabía perfectamente que no podía llamarla ella misma. No podía arriesgarse a que alguien —especialmente Rowan— descubriera que todo el numerito de la amnesia era una farsa. Pero también sabía que necesitaba a su mejor amiga más que nunca; para tener una aliada, para tener a alguien que la ayudara a escapar si llegara a ser necesario.
Y entonces se le ocurrió.
“Rowan parece que me conoce tan bien... que seguro podría hacerle creer que traer a Jessica es idea suya”. Ella solo tenía que empujar un poco, manipularlo un poco. Algo en lo que, para ser honesta, él casi que se ofrecía solo.
Se levantó decidida y fue directo al despacho. La puerta estaba entreabierta, y aunque su parte educada quiso tocar, su parte prácti