CAPÍTULO 12. Seguridad y puntos débiles
CAPÍTULO 12. Seguridad y puntos débiles
—Eso no es cierto. —La voz de Rowan sonó tan segura que por un momento la habitación pareció detenerse—. Tú no te acostabas con Ulises a mis espaldas. De hecho no tienes nada que ver con él.
Raven apretó los puños en el regazo. Ella había lanzado una piedra al lago, solo para ver las ondas, pero la respuesta de Rowan fue tan inmediata, tan firme, que la descolocó por completo.
—¿Me vigilabas veinticuatro horas? —lo increpó.
—Por supuesto que no.
—¿Entonces cómo estás tan seguro? —siseó ella alzando la barbilla.
Rowan la miró con una mezcla de paciencia y ternura, como quien conoce la respuesta antes de que la pregunta exista.
—Porque tú no eres de ese tipo de personas. No te acostarías con nadie antes de casarte. Así que no estoy defendiendo que me hayas sido fiel a mí, pero estoy convencido de que eres fiel a ti misma. Y eso… eso vale más que cualquier promesa —sentenció—. Si fuera de otra manera no me estarías diciendo todo esto en la cara. No