Cap. 25 Carta.
—Jóvenes, regresen a sus asientos, por favor.
Luego de que la clase volviera a estar en calma, la maestra habló:
—Siento la demora, pero la ex-Cenicienta estaba causando algunos problemas en la dirección. En fin, continuamos con la clase.
Al terminar, Ino fue corriendo al curso de Koizumi para que ambas fueran al comedor de la escuela a comprar algo para comer.
Al llegar, todos se hicieron a un lado. Nadie quería volver a vivir lo que pasó la primera vez que se metieron en su camino.
Después de comprar cuatro hamburguesas y dos refrescos cada una, se sentaron en una de las mesas del comedor. Años atrás, algunos estudiantes habían exigido un área con mesas y sillas, pues antes solo podían comer parados o buscar algún rincón en las gradas o los pasillos.
La escuela perdonaba ciertas acciones de Ino, ya que Mario había donado una buena cantidad de dinero. Ese dinero se usó para construir el comedor, mejorar algunos cursos y adquirir materiales. Incluso una parte fue destinada a aumentar t