Cap. 5 ¿Destino?
Mario, al ser liberado, intentó regresar, pero los ayudantes lo detuvieron. Al ver que no podía hacer nada, decidió irse de allí, molesto. Tomó un taxi y se marchó solo. No quería hablar con nadie.Al llegar a casa, se encerró en su cuarto. Aunque los sirvientes lo llamaban para cenar, él no tenía ganas de nada. Incluso su madre fue a verlo, pero no respondió.Mientras tanto, la familia Yagami cenaba en el comedor.—¿Cómo pudiste hacerle eso a Mario? Sabes que quería mucho a Rex —dijo Angélica, molesta.Daniel, con voz calmada, respondió:—No te preocupes, Angélica. Después se le pasará. Pondré cuatro millones en su cuenta para que se le olvide.—¿¡Cuatro millones!? —exclamó Lucía, sorprendida.—Lo mismo me hizo mi padre, y mírame… soy un éxito. Además, hoy no quiero pelear. Estoy muy feliz por el trato que cerraré mañana. —Lograré lo que mi padre y abuelo nunca pudieron: extender el negocio al país vecino. Nuestras granjas, productos y marca no solo serán reconocidos aquí, sino en otr
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