REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 22. La mejor madre del mundo
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 22. La mejor madre del mundo
Estoy sentada en el sillón junto a Christian, con el vaso de whisky que ha puesto entre mis manos. No me gustan este tipo de conversaciones, las que nos llevan a territorios que preferiría dejar olvidados, pero algo en su mirada me hace sentir que ya no hay vuelta atrás; como si me estuviera obligando a abrir una caja que ni siquiera yo me atreví a tocar en años.
—¿Cómo te diste cuenta? —le pregunto, aunque ya sé que la respuesta no va a ser sencilla.
Christian deja el vaso sobre la mesa de vidrio con una suavidad extraña, como si no quisiera romper algo. Después me mira, y sus ojos parecen profundos, demasiado analíticos.
—Mi éxito depende de eso, Verónica —responde, como si fuera lo más obvio del mundo—. Dependo de poder evaluar a las personas y soy bastante bueno leyendo entre líneas.
Su tono es serio, casi desapasionado, pero lo que dice tiene sentido. Tiene mucho sentido.
—Una mujer fría y dura como tú no se pondría mal por ve