REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 21. Una madre y su hija
REINA DEL ODIO. CAPÍTULO 21. Una madre y su hija
Lloro porque lo necesito, porque si no lo hago siento que voy a morirme de una vez. He tenido este dolor atorado por tantos años que ya no sé cómo calmarlo, como si me hubiera hecho resistente al alivio. Pero ella estuvo aquí, me vio, me habló… y yo sigo viéndola como si tuviera todavía tres meses y me la estuvieran arrancando los brazos.
Christian me envuelve en un abrazo apretado y me deja llorar, no sé cuánto tiempo, solo que para cuando volvemos adentro mi cuerpo se siente como si estuviera en inercia: existiendo porque debe.
Esperamos dos horas más para que nos den un nuevo reporte de Ruby, Regina y Viggo ya están aquí de nuevo y por suerte los resultados son mejores que la última vez.
Dejo a todos conversando sobre el alivio que representa esto, y espero a que estén ocupados para escabullirme de la salita de espera.
No puedo evitarlo, mis pasos se dirigen al ala de oncología del hospital, y busco con la mirada en casa pequeña habi