REINA DEL MAR. CAPÍTULO 78. Una decisión justa

El mar es perfecto hoy, no hay dudas de eso, así que cuando la adrenalina empieza a subir, solo me giro hacia mi segundo al mando para decirle dos palabras que por supuestísimo que no son “¡Al abordaje!”.

—¡Es hora! —le digo a Dagger mientras una sonrisa se dibuja en mi rostro y con esa orden, nuestros veleros atacan.

El caos es instantáneo. Las cuerdas de abordaje se lanzan al aire y los barcos pasan una y otra vez junto al barco de Sato, y cada vez dejan caer más y más de nuestros hombres.

Sé que no hay vuelta atrás y en parte es un poco gracioso: este abordaje será una mezcla de modernidad y viejos tiempos. Los disparos de las pistolas resuenan en el aire, y el que no queda cojo, queda manco pero de esta nadie se salva.

Todos tenemos una misión y queda muy clara cuando la primera oleada va directamente a controlar el puente de mando, mientras la segunda, esa en la que vamos Ren y yo, está dedicada a neutralizar a los soldados más entre