REINA DEL MAR. CAPÍTULO 80. En territorio enemigo
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 80. En territorio enemigo
La costa este de Japón se ve serena desde la cubierta, pero algo en el aire me dice que nada de lo que está por venir va a ser tranquilo.
Ren está junto a mí, observando el perfil de la montaña que se recorta en el horizonte. No dice nada, pero su expresión es más tensa que de costumbre. Ya no es el hombre elegante que conocí en un club de Nueva York. Ahora es todo contención, firmeza, severidad.
—Está ahí arriba —me dice, señalando la línea de árboles densos—. Es la propiedad de Akihiko.
—¿Toda esa montaña? —pregunto, arqueando una ceja.
—Toda.
Genial. Nada dice “bienvenida” como ser conducida a una fortaleza privada rodeada de bosque, altura y silencio.
Cuando desembarcamos, hay hombres esperando. No son soldados exactamente, pero tienen ese aire. Son demasiado rectos, demasiado atentos, con armas discretas, movimientos suaves, y ojos entrenados, exactamente como los del abuelo Kaizen en Nueva York.
Siento el cosquilleo en la nuca y