CAPÍTULO 16. ESTOCADA DE UNA FILOSA ESPADA

Adriano llevó a Gálata a la mesa, una ubicada en el lateral izquierdo, situada en un área que les daba mayor intimidad, él le retiró la silla, la joven se sentó con una sonrisa.

—Muchas gracias, ¿Tenías mucho tiempo esperándome? —preguntó mirando esos ojos verdes, muy diferentes a los otros que conocía.

«¡Ya basta Gálata!, No vale la pena seguir recordando a cubito de hielo, cuando tienes frente a ti a un hombre tan cálido como el ardiente sol de verano», se dijo mentalmente.

—Llegué hace un cuarto de hora, estoy acostumbrado a llegar a mis citas con tiempo de anticipación ¿Cómo están tus cosas? ¿Y tu pequeño, cómo está? ¿Con quién lo has dejado? —Adriano, hacia decena de preguntas por segundos, provocando de nuevo una sonrisa en Gálata.

&mda

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo