A las nueve de la noche Matteo se dirigió al hotel donde quedó en verse con Morozov, apenas entró a las instalaciones pudo visualizar a los hombres ubicados en sitios estratégicos en el perímetro exterior, estacionó el auto y caminó hacia el área del restaurante.
En la entrada una anfitriona le dio la bienvenida y lo guió al reservado donde lo estaba esperando Morozov, cuando lo vio entrar, despachó al hombre con quien estaba conversando y se quedó viendo a Matteo con una expresión inescrutable.
—Había esperado que estuvieras solo, después de todo esa fue una de las condiciones. Yo vendría solo y tú también, sin embargo, todos tus hombres rodean el hotel —expresó Matteo mirándolo con aprensión.
—Técnicamente, podemos decir que estoy solo, la única persona que estaba conmigo le pedí marc