Mundo ficciónIniciar sesiónEl satélite que había orbitado silenciosamente durante cuatro mil millones de años finalmente tenía algo que decir, y comenzó con: —Todas ustedes son unas idiotas.
La voz resonó desde el aire mismo, grave y musical como el eco de meteoritos chocando contra superficies rocosas. Las quince diosas se giraron hacia la fuente del sonido justo cuando la realidad se dobló sobre sí misma y una figura emergió del espacio entre dimensiones.
No era humana, aunque había adoptado forma femenina. Su piel brillaba con el color gris plateado del polvo lunar, cada poro una diminuta constelación de partículas microscópicas que reflejaban luz inexistente. Sus ojos eran cráteres profundos, oscuros y antiguos, conteniendo la memoria de impactos cósmicos que habían sacudido el sistema solar antes de que la vida surgiera en la Tierra. Su cabello flotaba alrededor de su rostro







