Mundo ficciónIniciar sesiónLa bufanda me picaba como el demonio.
Llevaba tres días usándola. Tres días ocultando las runas que Selene había grabado en mi cuello. Tres días mintiendo cada vez que alguien preguntaba si estaba bien.
No estaba bien.
La marca ardía constantemente. Como brasas enterradas bajo mi piel. Y cada vez que sentía algo—rabia, miedo, deseo—las runas se calentaban hasta que juraba que podía oler mi propia carne quemándose.
—Hace calor para usar bufanda —dijo Kieran, acercándose mientras yo montaba guardia.







