—¿Cómo salieron de ese lugar? —interroga.
—Mi papá —Noe sonríe al pensar en él— Él nos encontró, cuando vio que no volvíamos a casa, ya sabía que mi hermana había ido a esa agencia, entonces nos buscó, buscó el lugar y cayó con toda la caballería, solo estuve toda una noche en ese lugar y fue mi hermana la que la pasó peor, pero es algo que nunca voy a sacarme de la cabeza. Mi hermana vio como mataron a su mejor amiga, la violaron y la golpearon en mi lugar, eso es algo que jamás voy a olvidar. Mi papá pudo meter a todos esos hijos de puta en prisión de por vida y yo ahí fue cuando me di cuenta…
—Que querías ser policía —adivina él.
—Sí —susurra ella apretándose más a su cuerpo.
—Eres una de las mujeres más fuerte que conozco, ¿sabes?
—No lo soy —niega.
—Sabes que lo eres.
El morocho la toma del rostro y la besa con fuerza, saboreando lo salado de sus lágrimas y tragándose toda la angustia de ella.
Noe sigue ese beso, se deja llevar por él y por todo lo que él exige en ese beso, deja