—Eres buena leyendo a las personas, ya sabías que él no era de fiar —indica Gaby acariciando con el dedo índice el cuello de la chica.
—Cuando las fotos terminaron y ese hombre acabó de inspeccionar a cada una de las chicas, se dio cuenta de mi presencia en ese sitio. Ladeando la cabeza, fue acercándose a mí y yo seguía pegándome más a la pared, pero era estúpido, no podía ir más lejos. Él se acercó hasta quedar en toda su altura sobre mí. Tomó un mechón de mi cabello con sus dedos y se lo llevó a la nariz, donde inspiró hondo cerrando los ojos —Un pequeño escalofrío recorre el cuerpo de la joven, Gaby al percibirlo la toma de nuevo entre sus brazos y la acomoda envolviéndola con su cuerpo—. Se dio vuelta sin soltar mi pelo y grito en otro idioma algo a los fotógrafos. Yo en ese momento no sabía el idioma, hoy sé que era ruso. Unos de los fotógrafos, se acerca acatando el grito y tras unas palabras más del hombre, me mira y asiente. El fotógrafo me tiende la mano y me dice que vaya co