Mundo ficciónIniciar sesiónAndy dio un paso adelante, sin apartar la mirada —¿No te parece raro que el patriarca principal muriera de repente? Después convenía unir a mi hermano con la heredera de la magia más fuerte y espiritual que existe ahora. Si ellos se unieran sentimentalmente, mi hermano sería el hechicero más poderoso. Papá lo busca por eso; Apropiarse de ese poder, incluso a costa de matarlo —
—¿Su padre le quitó la magia? — Preguntó John, incrédulo.
—Sí — Replicó Andy— Le borraron recuerdos; no sería extraño que la matriarca esté siendo manipulada. Cuando murió el patriarca, su influencia disminuyó; mi padre, el siguiente en la línea, pudo realizar conjuros para obligarla a casar a la heredera con mi hermano —
John apretó los puños —¿Por qué casarla con su hermano y no con tu padre? —
—A él no le sirve — Dijo Andy con frialdad— Necesitan un heredero que pueda transferir la magia al morir, y ese heredero es mi hermano —
El silencio se tensó entre los tres. John miró a Sujhan, dormida, y sintió un nudo en la garganta.
—Si lo que dices es verdad — Murmuró— ¿Cómo puedo quitarle el hechizo a la matriarca? ——Revisa si ella porta un anillo o una joya que jamás se quite — Dijo Andy— Si brilla cerca de su ojo, es señal de que está bajo un hechizo. Quítaselo y parte del encantamiento caerá —
—No sé si puedo fiarme de usted — Confesó John— Y tampoco quiero dejarla aquí sola—
Andy asintió, comprensivo —Lo entiendo. Hagamos un pacto con magia; Si alguno miente o falla y ella sufre por ello, moriremos los dos —
John tragó saliva; la idea de pagar con su vida lo obligó a ceder —Me parece bien. Andy, más te vale que todo sea verdad —
Ambos pronunciaron el conjuro al mismo tiempo. Una hebra de luz roja surgió entre sus manos y se enrolló en torno a sus dedos, cálida y firme como un lazo. John sintió la responsabilidad clavarse en el pecho; Andy mostró una fugaz sombra de alivio.
Con cuidado, Andy tomó a Sujhan en brazos y se dirigieron hacia el pueblo donde estaría protegida, siempre que la propia magia de ella no rompiera el escudo.
En el camino, Andy observó de nuevo los moretones y las heridas en su cuerpo. No pudo evitar detenerse y recitar otro conjuro menor; Unas palabras susurradas que tejieron sobre la piel vendas invisibles, sellos suavizantes que impedirían que las marcas se infectaran y que el dolor fuera tan agudo, también que olvide.
—¿Mi señor, qué ha hecho? — Preguntó Maynor, con voz quebrada, cuando notó el brillo en las manos de Andy.
—Borré el encuentro con John — Respondió Andy con dureza, refiriéndose a la memoria inmediata del descubrimiento junto al lago— No eliminé su procedencia ni su pasado; Es importante que ella conserve eso. Solo quité el recuerdo reciente para evitar que actuara impulsivamente y pusiera en peligro la misión —
Andy cerró los ojos un momento, confundido y aliviado a la vez. Sostuvo la hebra roja con más fuerza.
—Que así sea — Dijo finalmente Maynor— Que la proteja el patriarca y que podamos deshacer esto sin más dolor —La noche los envolvió mientras se alejaban. La luna, alta y clara, vigilaba el sendero. En el aire quedaba la promesa silenciosa de una batalla por venir; Por la verdad, por la magia robada y por la mujer dormida que, algún día, tendría que volver a abrir los ojos y enfrentarlo todo.
John regresó a su territorio y, sin darle tiempo de descansar, lo condujeron hasta el gran salón de la matriarca. Lo obligaron a arrodillarse frente a ella. La mujer, imponente en su trono, lo miraba con frialdad.
—¿Has encontrado a Sujhan? — Preguntó con voz firme.
John recordó las palabras de Andy y el brillo de dolor en el cuerpo de Sujhan. No podía revelar la verdad aún; necesitaba tiempo para confirmar sus sospechas.
—No, matriarca — Respondió, bajando la cabeza— Fue una falsa alarma. Era una mujer sin magia, la revisé, pero no tenía la marca… ni tampoco la señal que se forma al consumar el matrimonio, como me habéis explicado —
La matriarca suspiró y asintió lentamente —Comprendo. Entonces debemos continuar con la búsqueda —
John respiró hondo. Debía arriesgarse —Matriarca… permiso para formular una pregunta —
Ella lo miró con curiosidad, ladeando la cabeza. Entre la cascada de joyas que adornaban su cuerpo, un anillo en su dedo brilló intensamente bajo la luz del salón, captando la atención de John como un faro.
—Habla —
—¿Piensas devolver a Sujhan con su esposo, en caso de hallarla? —
—Por supuesto — Respondió sin titubeos— Ella debe estar donde pertenece. Quiero entender qué ha pasado por su mente al atreverse a escapar —
—¿Y si la han agredido? —John levantó la vista, con voz contenida— Ya sea verbal o físicamente… ¿No podría ser esa la razón de su huida? Quizá por eso no es tan fácil encontrarla —
Un leve destello cruzó los ojos de la matriarca, aunque su expresión permaneció firme.
—Eso no es posible. Y aunque ocurriera, para que fuera realmente vulnerable tendrían que haberle hecho un hechizo de olvido mientras dormía. En ese estado sí estaría indefensa. Pero mi hija es fuerte y siempre está alerta —
John sintió un escalofrío. La explicación coincidía con lo que Andy había revelado —Matriarca, ¿Existe alguna forma de quitar la magia? —
—Sí, pero es un hechizo prohibido — Dijo ella, con voz grave— Solo se emplea en casos extremos, contra criminales o amenazas peligrosas. Y únicamente los del derecho tienen permiso para usarlo —
John insistió, midiendo sus palabras; —¿Y si alguien usara ambos… el olvido y ese hechizo prohibido? ¿Un hechicero podría recuperar su magia? —
La matriarca lo observó detenidamente antes de contestar —Sería muy difícil. Solo los herederos de familias principales podrían recuperarse… pero tendrían que empezar desde cero, como cuando su magia despierta por primera vez —
—Gracias por responder, matriarca —John inclinó la cabeza— El caso de Huie me dejó esas dudas —
—Lo comprendo — Asintió ella con calma— Puedes retirarte. Sigue buscando a Sujhan. Es importante que regrese con su esposo, él está muy preocupado —
John se levantó, reverenció y se retiró del salón con pasos pesados. El brillo del anillo en la mano de la matriarca seguía ardiendo en su mente.
Mientras cruzaba los pasillos, la voz de Andy resonaba en su memoria; “Si la joya brilla, es porque está bajo un hechizo…”
Su corazón se endureció. Ya no eran solo rumores; La matriarca podía estar manipulada. Y si eso era cierto, todo lo que giraba en torno al matrimonio de Sujhan era una trampa.
Las piezas del rompecabezas encajaban lentamente; La muerte sospechosa del patriarca, el uso del hechizo prohibido, y sobre todo, la ambición de Lissandro. ¿Por qué asesinaría a su mejor amigo, sino para dar un paso hacia ese poder?
John sintió un peso insoportable en el pecho. Había sido cómplice, había obedecido órdenes ciegamente y apoyado un matrimonio que ahora se le revelaba como una cadena injusta. Recordó los ojos llorosos de aquella mujer que, tiempo atrás, había soñado con que fuera su esposa… y cómo su voz se quebraba al contarle el tormento que vivía.
“¿Qué tan lejos estoy dispuesto a llegar para reparar mi error?”, se preguntó. El eco de su propia conciencia fue la única respuesta.







