La buscamos Cap 9

Al levantar la vista, notó pequeñas luces danzando alrededor de la casa; eran hadas. Intrigada, comenzó a hablarles en su idioma, pidiéndoles ayuda para los cultivos. Las hadas la observaron en silencio.

— ¿Por qué deberíamos ayudarla? Fue muy clara con Andy; No quería ayuda — Murmuró una de ellas.

— Tienes razón — Respondió Sujhan, con humildad— No quiero molestar. Gracias de todas formas —

Luego regresó al lago, sacó más agua para regar los cultivos y miró la luna llena, sintiéndose cada vez más desmotivada.

— Maldición… tan solo quisiera… —

— No lo digas — Interrumpió una voz dulce— Es peligroso, es luna llena esta noche —

Sujhan se sorprendió al ver frente a ella a una sirena de agua dulce, que brillaba con tonos azul y verde.

— ¿Eres una sirena en agua dulce? — Preguntó, incrédula.

— Sí, pero solo por una hora — Respondió la sirena.

— Eres muy bonita… entiendo ahora por qué mi padre hablaba tan bien de ustedes —

— Gracias, soy Melany —

— Soy Sujhan —

— No es bueno que una hechicera exprese un deseo durante la luna llena — Advirtió Melany.

— Ya no lo soy — Replicó Sujhan— No entiendo por qué no puedo expresarme si soy sincera —

— Aunque no tengas magia, sigues siendo del clan de los hechiceros, y eres responsable de resguardar las leyes, más aún siendo de la familia principal —

— Principal… sí, claro. No tengo familia. Mi padre era lo único importante para mí y ya no está —

— Lo lamento mucho. Debe ser muy duro — Dijo Melany.

— Ya no importa, debo regresar — Susurró Sujhan, mirando el agua que había recolectado— Solo quiero descansar —

— Que descanses — Dijo Melany— Espero que nos des la oportunidad de ser tus amigos. Andy solo quiere que estés cómoda aquí y vivir en armonía con todos —

— Lo siento, pero quiero estar sola — Respondió Sujhan.

De regreso a la casa, comenzó a regar los cultivos y colocó las cosas que Andy le había dado fuera de la casa, para recogerlas más tarde si lo necesitaba. Extendió una colcha cerca de la chimenea, se acomodó y se cubrió con el paño, quedándose dormida poco a poco.

— Seina, no seas dura con ella — Dijo Melany— Tiene miedo de su propia gente. Andy no debió enojarse; además, la herida en su corazón no se cura de un día para otro —

— Bueno, también es positivo que haya mostrado humildad — Respondió Seina— Al menos reconoció que tenías razón y se fue —

— Es su miedo lo que la mantiene a la defensiva — Continuó Melany— Perdió a su padre, su madre la traicionó, la entregó a un hombre que la golpeó y le quitó la magia. Debemos darle tiempo y cuidado —

— Melany, no lo había visto así — Dijo Seina— Por eso Gusto y Anfu la ayudaron sin ponerle trabas —

— Exacto. Ahora es un proceso lento, pero debemos ayudarla a establecerse, conseguirle ropa de invierno, una cama… Algo me dice que de aquí no saldrá, ni siquiera al pueblo — Dijo Melany.

— ¿Crees que Andy regresará por ella? — Preguntó Seina.

— Debe hacerlo y disculparse. Es el único que puede ayudarla a recuperar su magia —Respondió Melany.

Con un último suspiro, Melany regresó al mar y Seina, con su polvo estelar, ayudó a que las verduras crecieran lentamente, sin apresurarlas para no incomodar a Sujhan. Además, tejió una cobija más gruesa con hilos de araña y la colocó sobre ella mientras dormía, viendo cómo algunas lágrimas caían silenciosas por sus mejillas.

— Cuánto daño te ha hecho… lo más importante ahora es que comiences de nuevo y que tu magia renazca desde el corazón — Susurró Seina.

Al poco tiempo, Andy regresó. Observó las cosas que Sujhan había dejado afuera y las recogió con gesto serio, mezclando enojo y preocupación.

Respirando profundamente y regreso a su mansión, Andy tomó una copa de whisky cuando su hermano Royer apareció.

— Te veo molesto, y que eso pase en ti no es fácil de lograr — Comentó Royer, con cierta cautela.

— Royer, no estoy de buen humor. ¿Qué quieres? —Replicó Andy, serio.

— Andamos buscando a Sujhan y no logramos localizarla. Creemos que está por estos lugares — Dijo Royer.

— ¿Qué te hace pensar eso? — Preguntó Andy, arqueando una ceja.

— La última vez que la vieron fue conversando con Kemblin, la chófer que transportaba mis cosas entre esta zona y la mansión. Queremos que nos ayudes a buscarla, ya que como ella no quiso hablar, tuvimos que… “persuadirla”, y su mente fue más dura que nuestros hechizos —Royer bajó la voz, con cierta incomodidad.

Andy no mostró interés y tomó otro sorbo de whisky, evaluando sus palabras — Si no salió nada, es claro que no sabía —

— Lo sabemos, pero papá estaba tan furioso que de todas formas la… mató— Continuó Royer, con un hilo de reproche en la voz.

— ¿Cómo es que se escapó? ¿No eran una pareja perfecta? — Preguntó Andy, frunciendo el ceño.

— El idiota de Norberto dijo que se enamoró de otra mujer y está embarazada. Prácticamente no cumplió como esposo — Dijo Royer con un tono irónico.

— Entonces quiere decir que ya tiene a su primer hijo — Murmuró Andy, más pensativo que enojado.

— Papá la congeló en el tiempo para motivar a Norberto a buscar a Sujhan, enamorarla y darle un hijo. Posteriormente la matará y así el bebé será considerado primogénito. Con eso, la matriarca no podrá dañar a Norberto — Explicó Royer.

Andy frunció el ceño; sentía que algo no encajaba — No he sentido nada extraordinario en esta zona —Dijo — Ella claramente tenía mucho poder, y ahora… ¿Cómo puede ser que, aun sin magia, pueda cumplir con ese propósito de papá? Me parece que están perdiendo tiempo, sobre todo ahora que Norberto ya tiene un hijo — Añadió, dejando escapar un suspiro pesado.

— Eso ya lo investigué — Respondió Royer— No es necesario que nuestro hermano esté enamorado; solo debe enamorar a su esposa. Esperemos que la naturaleza de la magia funcione, como papá dijo —

— Comprendo… ustedes están locos y papá peor. La verdad es que no la he visto. Si quieres, puedes buscar en el territorio y no me interesa lo que pase con ustedes — Dijo Andy, encogiéndose de hombros.

— Era lo único que venía a pedir — Dijo Royer— Si la llegas a ver, avísame —

— Está bien — Respondió Andy, sirviéndose otra copa de whisky. Más tranquilo tras la conversación, dejó que la tensión bajara un poco.

— Buenas noches, y no deberías tomar tanto, eso no te hace bien — Advirtió Royer, con cierta preocupación.

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