¿Qué sucedería si la vida te da una segunda oportunidad? Para el piloto aviador Drako Marchetti la pregunta es simple… no existe un golpe de suerte con el cual puedas vencer al destino. Desde muy pequeño entendió que la mejor manera de sanar los dolores del alma era la soledad. Se refugio en los brazos equivocados intentando encontrar un poco del amor que por años se le había negado; al poco tiempo, perdió a su primer hijo. Nada se compara con el sufrimiento de un padre. Todo tiene solución y para un corazón roto solo se necesita un par de ojos azules, muy similares a los que posee la señorita Agnes Bianchi, la única mujer que podrá tambalear el exorbitante espacio en donde el piloto vuela por los cielos. El amor viajara como el viento, trayendo una nueva esperanza y arrancara de raíz todo aquello que algún día la oscuridad consumio.
Leer másPalermo, Sicilia.
Como cada mañana al despertar acudo al jardín a cortar las flores más hermosas de la residencia que ha sido mi hogar desde que nací o por lo menos desde que tengo memoria. Con los pies descalzos emprendo la caminata rumbo a mi destino, el aire mueve la cabellera azabache que cubre mis hombros y mientras mis piernas se balancean de adelante atrás con rapidez, en mi cabeza comienzo a maquinar las ideas que no me dejan dormir al anochecer.
<< ¿Soy un ser maligno? ¿Será por eso por lo que estoy tan solo?>>
Al abrir la puerta del cementerio el chirriante sonido hace que se mueva mi mundo al saber que me encuentro en un lugar seguro. Con calma levanto el rostro para asegurarme de que nadie me este mirado o en su defecto que ningún animal se encuentre lo suficientemente cerca como para atacarme.
Alessia Belucci.
1959-1983.
Madre y esposa.
—Hola mami —acomode las flores sobre la fría lapida y retire las platas secas que tercamente se aprovechan del poco espacio que tienen para sobrevivir —. Te extraño mucho, mami —limpie mis lagrimas para que mi madre no me vea llorar —. Estoy triste porque no sé qué es lo que le pasa a papá, ha dejado de quererme y por las noches se va de la casa y tengo tanto miedo de que no vuelva… tengo miedo de que deje de quererme —aprete mis puños para contener las lágrimas que neciamente querían mojar mi rostro —. Quiero irme contigo mami… por favor, llevame a donde tú te encuentras… no me dejes aquí —abrace la lápida de concreto y llore hasta que mis ojos se hincharon, al poco tiempo me quede profundamente dormido.
—¿Drako? —entre sueños escuché una dulce voz, desperté de golpe pensando que era mi madre —. Mi vida, no debes estar aquí, es peligroso.
—Extraño a mamá, nana —me ayudo a ponerme de pie y limpio mi ropa con uno de los pañuelos que siempre carga en el uniforme.
—Lo se mi amor, pero tu madre está en el cielo —señalo con su dedo las blancas nubes. Al instante levante la mirada y fije mis ojos en lo alto.
—¿Tú me quieres nana?
—Claro que si Drako, eres mi pequeño niño travieso— beso mis mejillas provocando que una sensación en mi estomago estallara en risas y felicidad —. Prepare pastel de chocolate y ¿adivina qué?
—¡¿Qué?! —respondí ansioso.
—Le puse duraznos de relleno.
—¡Wow! —el calor de sus manos no era el mismo al de mi madre, pero al menos podía sentirme querido entre sus brazos.
Cantamos canciones entre risas y gritos de camino a la casa. Siempre que mi nana me acompaña con su presencia es común que me obsequie duces de cerezas con la intención de alegrarme el día. También es la única persona con la que disfruto jugar a correr o a chochar caritos de madera que el mayordomo fabrica para mí. Son los dos seres que siempre se preocupan por mí, curan mis malestares físicos y también los del corazón. Desde que nací no recuerdo que mi papá se sentara a un lado de mi cama para vigilar que la fiebre que me derrumbo cuando murió mi madre se controlara… prefirió irse y dejarme deseando acariciar sus manos una vez más antes de que perdiera el conocimiento.
<< ¿Qué habre hecho para merecer su rechazo?>>
—Anda, disfruta la rebanada de pastel —mi nana beso la coronilla de mi cabeza al entregarme el pequeño platito con mi postre favorito.
—Eres privilegiado por los dioses Drako —dijo el mayordomo al tomar asiento junto a mi —¿Cómo estuvo tu día?
—Fui a visitar a mamá.
—No hables con la boca llena, puedes ahogarte —recibí una reprimenda por parte de mi nana, tiene razón, no es propio que me expresé con el bocado en mi boquita.
—¿Le llevaste flores?
—Aja —asentí alegremente con la cabeza mientras devoraba el pastel.
—¿Qué te parece si mañana te acompaño y arreglamos la tumba de tu madre?
—¡¿Harías eso por mí?!
—Ya sabes la respuesta, eres el consentido de esta casa. Algún día crecerás y te convertirás en un hombre con principios.
—Gracias —abrace uno de sus brazos como agradecimiento a la brillante idea que tuvo.
—¡Drako! —al escuchar la voz de mi padre instintivamente me aleje del mayordomo. Al dueño de la casa no le gusta que mantenga un lazo sentimental con la servidumbre —. Acompañame al despacho.
—Si padre —me limpie la boca antes de seguirlo. Intenté sentarme en una de las sillas de enfrente de su escritorio, pero desistí de la idea cuando su mirada me torturo el alma.
—Tengo que hablar seriamente contigo, es un asunto muy importante.
—Está bien —me quede de pie e inmóvil frente a mi papá.
—Volveré a casarme y tendrás que irte.
—¿Por qué? —me asuste mucho —¿A dónde? ¡¿Te vas a casar?! ¡¿Con quién?!
—Adquirirás todos los conocimientos en el extranjero, no sé cuántos años te quedaras en el colegio de Estados Unidos. Después de que termines el bachillerato tendrás la oportunidad de estudiar la licenciatura que prefieras… no tengo problema con ello.
—No quiero irme papá —comencé a llorar —. Quiero quedarme en mi casa… contigo.
—¡No llores! ¡Puta madre! —azotó sus palmas en la superficie del escritorio —¡Los hombres no lloran!
—Yo aun soy un niño.
—Y pronto te convertirás en un cabron que deberá presumir con orgullo mi apellido —se puso de pie solo para sujetarme de los hombros y lastimarme —. Desde que tu madre murió he vivido en la miseria de su recuerdo… no quiero verte más y lo mejor es que te largues muy lejos de mí.
—Papá —intente acariciar su cara.
—No serás mi hijo hasta que regreses a esta casa con un título universitario ¿queda claro lo que te dije?
—Por favor papi —me tomo de la mano y a pesar de mis suplicas me arrastro por el pasillo —¡Papá! ¡Prometo portarme bien! ¡Por favor! —mi nana salió corriendo de la cocina al escuchar mis gritos.
—¿Qué pasa? —dijo asustada.
—Drako se va —abrió la puerta de la entrada de la casa y un grupo de personas ya se encontraban reunidas.
—Pero señor… —la mujer quería replicar.
—¡Pero nada! ¡Yo soy su padre y es mejor que guardes silencio! —dejo caer mi cuerpo al pie de las escaleras.
—Por favor señor, yo puedo cuidarlo, le prometo que no dará problemas —las manos de mi nana se juntaron en una súplica que no fue considera ni por los dioses a los que tanto les rezaba por las noches.
—¡Papá! —entre lágrimas y gritos quería salir huyendo.
—Todo está preparado señor Marchetti. Su hijo se encuentra en las mejores manos —dijo la señorita.
—Ok —sonrió de lado
—¡Nana! —logre escaparme de las garras de la señora que me mantenía cautivo —¡No permitas que me lleven por favor, te lo suplico! ¡Ayudame!
—Calmate mi niño —sus brazos formaron un escudo alrededor de mi espalda —. Señor Marchetti, considere lo que está haciendo… yo me puedo encargar de su hijo, es más, si quiere lo llevare a mi casa y lo cuidare allí.
—¡Cállate, ya he tomado una decisión! ¡El mocoso debe irse! No quiero verlo ni en pintura.
—¡No! ¡Por favor! ¡Por piedad, es su hijo! —mi nana no me soltaba mientras que las uñas de mi padre se enterraban en mis manos rasgando mi piel —¡Por favor!
—¡Nana no dejes que me lleven! ¡Nana! —dos hombres sometieron a la mujer que me cuido desde que nací, mi nana se retorcía entre los fuertes agarres de las bestias que sonreían con el dolor ajeno. Las puertas del vehículo se cerraron cuando me arrojaron al interior de este, con rapidez intenté abrirlas presionando el seguro y accionando la manija… no pude escapar —¡Nana! ¡Nana! ¡Ayudame!
—¡Drako! —corrió detrás del coche, el broche de su cabello salió volando por el movimiento —¡Cuidate mucho por favor! —escuche como sus rodillas se impactaron con el duro pavimento… sus piernas no fueron tan rápidas como para alcanzarme.
Ya sin fuerzas subi al jet privado de mi padre, me coloque el cinturón de seguridad al sentarme en el asiento que fue asignado para mí. Me despedí de mi madre desde las alturas y comprendí a mi corta edad que jamás volvería al lugar que fue mi hogar
El cansancio abrazo mi dolor quedándome profundamente dormido. No sé muy bien la hora exacta en la que mi padre me arrojo en las manos de las personas que me miran con rencor ya que cuando llegamos al enorme y perturbador colegio ya era de noche. Aparcaron el vehículo afuera del recibidor, las grandes puertas de madera se abrieron dando lugar a las luces que iluminaban el interior.
—Bienvenido Drako —dijo un hombre de la edad de mi padre.
Epilogo.Bogotá, Colombia.Dos meses después.Agnes.Aun no puedo superar la muerte de Edgar. El dolor que dejo en mi corazón no es más que una tortura latente cada mañana al despertar. La única manera en la que he salido adelante ha sido gracias a mi hijo y a Drako, se han mantenido muy cerca de mí. El padre de mi pequeño permaneció dias y noches enteras a un lado de mí, sin decir ni una sola palabra abrazo mi cuerpo con amor demostrándome que podría contar con él para lo que fuera. Enterré a mi pareja en el cementerio privado de la finca y al lanzar el primer puño de tierra me desmorone como si mi mundo se haya destrozado en mil pedazos. Imagine una vida junto a él y por una extraña razón el destino me lo arrebato dejando de nuevo sola.—Buenos dias —Drako entro a la habitación sin llamar a la puerta como cada mañana —¿Cómo estás?—Bien —dije al levantarme de la cama —¿En dónde esta Gabriele?—Claudia se está encargando de el —miro por la ventana. Es asombrosa la belleza que posee c
Narrador omnipresente.El imponente italiano se preparó para acudir a la celebración que se llevaría a cabo cuando el sol se oculte. A pesar de que le duele el alma está dispuesto a ver con sus propios ojos lo que su rival tiene preparado para el amor de du vida. No ha sido nada fácil desprenderse del gran cariño que le tiene a la madre de su hijo, aún quedan cenizas del intenso fuego que ardió en ellos mucho antes de que Gabriele naciera, y me temo que aun la lascivia y el deseo se mantienen intactos en el interior de los dos.Con un último vistazo al espejo, Drako decide emprender el viaje a uno de los hoteles más lujosos de todo parís. Las luces de la cuidad le indican que todo ha terminado y que ya no puede hacer nada para recuperar a la mujer que ama, quizás el único culpable de todo esto fue el, o tal vez, el destino este moviendo sus cartas para nuevamente dejarlo de rodillas y sin estabilidad. A la primera persona que se encuentra en la entrada del edificio es a Dorien, su pad
No quiera separarme de mi hijo, pero tenía que hacerlo ya que era demasiado tarde como para seguir retrasando sus horas de sueño, además, en todo el momento que estuvo entre mis brazos no lloro y ni siquiera pidió alimento, cosa que si me preocupa puesto que los bebés a esa edad se alimentan cada hora. Con dolor y pesar se lo entregue a su madre para que se encargue de él. tuve que retirarme para poder llegar a mi casa.—¿Ahora porque tan tarde? —mi viejo ya es demasiado lento asi que casi no se mueve mucho.—¡Tengo un hijo! —dije emocionado y gritándolo a los cuatro vientos.—¡¿Qué?! —se puso de pie al escucharme.—¡Soy padre, Roberts! —levante su cuerpo como si fuera una pluma —¡Agnes me dio un hijo! —bese sus mejillas de la emoción.—¡No me jodas ¿es verdad lo que me estás diciendo?!—¡Si, Roberts! ¡Mi pequeño se llama Gabriele y apenas tiene un mes y medio de nacido! —dije sonriente —¡Es una cosita hermosa, tiene el cabello negro como yo! ¡Ah, y también tiene el mismo lunar que yo
París, Francia.Drako.E decidido darme un respiro asi que la mejor manera de descansar la mente en entre los vientos de la tierra del amor. Durante todo este tiempo que he dedicado mi vida entera a viajar y a ser piloto he recorrido cada rincón del mundo, es por ello que ya no me sorprende nada nuevo entre la comunidad francesa, aunque debo confesar que me gusta mucho el ambiente que manejan entre los callejones de la perdición.Deje al profesor Roberts en la residencia que se encuentra a un lado de la mansión del doctor Leroy, un reconocido medico genetista. A mi parecer se ve que oculta algo más que simple gentileza, aunque cabe destacar que el doctorcito es un hijo de puta en toda la extensión de la palabra, pero, en fin, esa es otra historia que no me corresponde contar.Con intenciones de relajarme lo más que pueda antes de volver a las andadas, decidí disfrutar de un delicioso café en uno de los restaurantes con más prestigio en todo París. Tiene una vista espectacular a la tor
Un mes y medio después.Edgar.Me quede en el despacho más tarde de lo debido ya que surgieron problemas a ultima ahora y tengo que resolverlos antes de preparar el viaje que haremos mi familia y yo a Francia. La salud de Agnes está bastante bien, ya le dieron el alta y la muy terca decidió ayudarme con los asuntos financieros de la empresa. Al igual que se encarga del bebé a tiempo completo cuando yo estoy demasiado ocupado como para tan siquiera darle una mano con Gabriele, afortunadamente tiene a Claudia y a una de las chicas de servicio que pueden ayudarla cuando más lo necesite. También la salud de mi hijo es buena, ya que el pediatra me dio luz verde para que por primera vez en su vida se suba a un avión y viaje al país en donde le pediré matrimonio a su madre.>—¿Amor? —no despegue la vista de la portátil al escuchar a Agnes cerrar la puerta —. Ven a la cama, no puedo dormir sin ti.—
Dos semanas después.Agnes.—¿Qué tienes mi amor? —levante a mi bebito y lo cubrí con las cobijitas para poder llevarlo hasta la cama y amamantarlo. Desde que salimos del hospital no he desaprovechado todo el tiempo que he tenido con mi hijo. También una parte fundamental es que Edgar se mantiene atento a lo que necesito al igual que la chica que se encarga de ayudarme cuando él no está, porque a pesar de que debo de estar en reposo, mi pareja tiene que ir a la oficina para resolver cualquier inconveniente que se presente.—¿Necesita algo señora? —dijo la chica al entrar a la habitación con varias mantas limpias.—No, muchas gracias —mire a mi bebé —¿Sabes en donde esta Edgar?—Me parece que se reunió con dos hombres en el despacho. Ya no debe tardar.—Ok —tuve mucha suerte con el tema de la lactancia ya que mis perlitas rosadas no se han agrietado por la succión que hace mi bebé cuando se alimenta. Lo que me ayudo bastante fue el estimulo que le dio Edgar a mis tetas cuando aun estab
Último capítulo