Era grandioso, las empleadas fueron muy amables con Carmen y le dieron un recorrido con lujos de detalles, especificando dónde ella podía conseguir las mejores novelas de romance en la biblioteca, además de las revistas de moda.
También le enseñaron la hermosa piscina y como usar varias máquinas en el gimnasio y, ¡el jardín, oh, el pequeño y lindo jardín!, Carmen ya se podía imaginar pasando varias horas allí, consintiendo y cuidado de las hermosas plantas y flores que allí se encontraban.
*
Habían pasado varias horas desde que Marcus se fue y las empleadas habían dejado a Carmen sola por un rato para tomar sus actividades de trabajo regulares en el apartamento, cuando repentinamente un timbre sonó.
Carmen se asomó en la sala, no había nadie y el timbre seguía sonando en la puerta, mientras que ella dudaba, ¿debía abrir?, pero y, ¿si la regañaban?, ¿y si era Bastián?
Un pequeño escalofrío le recorrió el cuerpo.
El timbre volvió a sonar con más insistencia, al tiempo que también