— ¿Qué…? — Carmen lo detalló, confundida, cuando él volvió a ser el mismo de antes.
— Ahora… — Bastián pareció tomar aire y recomponer su postura seria, separándose ligeramente de Carmen. — Olvidarás todo este circo y volverás ya mismo conmigo a la mansión…
— No… — Soltó automáticamente de Carmen.
— ¿Cómo? — Bastián elevó una ceja, perplejo, pues Carmen nunca le decía que no y ahora ella lo estaba rechazando por segunda vez.
— ¿Acaso tú piensas romper tu compromiso? — Preguntó Carmen apretando los labios en una línea.
— Por supuesto que no… — Bastián achicó los ojos, sabiendo muy bien por donde ella se dirigía.
— Entonces no pienso volver, no regresaré para seguir siendo tu amante, Bastián, mientras que tú desposas a otra mujer y eres feliz con ella frente a mis ojos… — Soltó Carmen con la mandíbula apretada y una marcada mueca de dolor.
— ¡¿Es que de verdad tú piensas que toda esta mam@da me hace muy feliz?! — Voceo Bastián en el rostro de Carmen, tan enojado como frustr