Gracias por acompañarme. — Marcus rompió el silencio apenas Carmen se incorporó en la mesa.
— No es nada… — Carmen se concentró en la comida durante casi toda la velada, hasta que llegaron al postre y en vista de que Marcus no había dicho nada, ella intentó levantarse.
— Carmen, escucha… — Marcus tomó su mano, deteniéndola, ella volvió a sentarse. — De lo que quería hablarte… Es de nuestro matrimonio.
— ¿Qué? — Carmen le dirigió toda su atención de inmediato, pues se suponía que Marcus no debía tener los papeles todavía.
— Si… — Marcus sonrió emocionado. — Ya conseguí un pequeño lugar, es apartado y privado, una capillita, pero es muy bonita, con una arquitectura antigua y ya contacté con el ministro que presidirá nuestro matrimonio…
— ¿En serio? — La boca de Carmen se abrió por la sorpresa, pues ella no se esperaba eso tan pronto.
— Si, se supone que no invitaríamos a muchas personas, solo los más cercanos y por eso me pareció ideal para nosotros… — Comentó Marcus acariciando