Marcus detalló el acta de matrimonio ya firmada, pero había un detalle.
— ¡Era con Carmen Hernández con quien te querías casar! ¡¿No es así?! ¡Pues ahí lo tienes!… — Ella señaló su firma como Carmen Hernández. — ¡Y con gusto te entregaré los tres trajes de sirvienta que le pertenecen a Carmen Hernández, tu esposa! ¡Felicitaciones, Marcus!
— ¡Eres una m@ldita perra! — Lleno de rabia y frustración, Marcus hizo algo que nadie se esperaba, le soltó una fuerte bofetada a Carmen, que la tiró de largo a largo hacia el piso y ese fue el detonante de todo.
De pronto, la mitad de los hombres que estaban en la iglesia, voltearon las armas, apuntando a la otra mitad de los escoltas.
— ¡Por todos los cielos! ¡¿Qué está pasando aquí?! — Se levantó Carolina.
Al igual que se levantó todo el público presente, todos asustados y ansioso, pues parecían estar en medio de una guerra.
Y esta vez, ni Nicolás, ni Marcus pudieron decir nada, pues esto no se lo esperaban, de hecho, ambos palidecieron al v