EROS
Vimos a Holly marcharse enfurruñada, seguido, las dos empleadas entraron a la casa, saludaron y prosiguieron con los preparativos del almuerzo.
—¿Crees que esté bien? —preguntó afligido Darcy.
—Sí, ya se arreglarán, no te preocupes—mascullé.
La cabeza me punzaba.
Darcy comenzó a frotarme la espalda.
—Ya pasará, es tu primera borrachera.
—Será la última—jadee sosteniéndome la cabeza—. Dime que no hice algo humillante.
—Tranquilo, tu dignidad está intacta, impresionaste a muchos en el bar.
—Ahg—apreté los dientes, un dolor me atenazó el estómago—, creo que voy a…
Me bajé a prisas y corrí hacia el baño más próximo, vomitando.
—Tranquilo, tranquilo.
La profundidad del café, mis jugos gástricos y el maldito alcohol salieron de mí, me temblaba todo el cuerpo. Cuando al fin terminé, me ayudó a levantarme, el cuerpo lo sentía demasiado débil.
—Necesitas suero y una sopa de resaca.
—¿Eso existe?
—Todo existe ahora—pasó mi brazo por sus hombros—. Necesitas agua, yo me encargaré de lo demás