Mundo ficciónIniciar sesiónEl vidrio explotó hacia dentro en una lluvia de cristales que brillaron bajo las luces de neón como diamantes mortales. Valeria sintió algo caliente atravesar el aire junto a su rostro, tan cerca que el desplazamiento del aire movió su cabello. Luego dolor, agudo y ardiente, en su mejilla izquierda.
Sangre. Caliente y húmeda, corriendo por su cara.
—¡ABAJO! —El agente conductor pisó el acelerador con tanta fuerza que los neumáticos chirriaron contra el asfalto. El coche se lanzó hacia adelante, atravesando el semáforo rojo, bocinas gritando a su alrededor.
Sebastián ya estaba encima de Valeria, su cuerpo cubriéndola, empujándola hacia abajo contra el asiento mientras más disparos resonaban.







