Mundo de ficçãoIniciar sessãoLunes, seis de la tarde. Catorce horas desde la convulsión de Enzo. Dos horas antes del evento.
Valeria se miraba en el espejo del camarín y apenas reconocía a la mujer que le devolvía la mirada. El vestido rojo largo que había diseñado específicamente para esta noche colgaba de su cuerpo como una segunda piel, el corte perfecto acentuando cada curva. Su maquillador había hecho magia, ocultando las ojeras oscuras, las líneas de estrés, el agotamiento que iba hasta los huesos. Su cabello caía en ondas suaves sobre sus hombros desnudos.
Se veía perfecta.
Sus manos no dejaban de temblar.
—Puedes hacerlo. —Carmen estaba detrás de ella, ajustando la crem







