Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl sobre manila descansaba sobre la mesa de café como una bomba a punto de estallar. Valeria lo observaba desde el sofá, con una taza de té que se había enfriado entre sus manos. La luz del atardecer se filtraba por las cortinas, proyectando sombras alargadas que parecían señalar acusadoramente hacia aquel objeto.
"Ábrelo cuando estés sola", le había dicho Alejandro al entregárselo. "Y prepárate para lo que vas a encontrar."
Su expresión había sido una mezcla de lástima y satisfacción que revolvió el estómago de Valeria. Ahora, tres horas después, seguía sin atreverse a tocarlo.
El teléfono vibró. Era un mensaje de Enzo: "Reunión extendida. Llegaré tarde. Te amo."
Tres palabras que antes la habrían hecho sonreír y ahora solo intensificaban su ansiedad. ¿Realmente la amaba? &iq







