Intento no darle importancia y concentrarme en el lugar que me encuentro, el cual es muy grande y espacioso, pero, el aspecto del hombre que ni siquiera se interesó por saludar, no deja mi mente por un segundo.
‘¿Qué me pasa? ¿Por qué me interesa ese hombre?’ me pregunto mentalmente.— Brenda.— ¡Sí, señor! — grita ella girándose asustada.— Trae a la extraña a la oficina del gran jefe. — dice el hombre marchándose y yo miro a la mujer que parece sonreír complacida.— Sí, señor. — dice ella.Angustiada, miro a mi alrededor, porque parece que esto es una mala noticia y no me sorprende, todo ha resultado bien para mí en este lugar, cuando conseguir trabajo ha sido tan difícil.— Sabía que no podía ser cierto. Esto era demasiado bueno para ser verdad. — susurro co