‘Gracias Dios, es más de lo que pedía, pero, no me sorprende, porque cuando das, lo haces en abundancia.’ Me digo mentalmente.El hombre parece uno de esos actores que están en las películas de acción donde luchan contra cien y sobreviven a ello. Incluso me sorprende que los chicos choquen con las paredes y caen al suelo completamente destruidos.— ¿Quién eres? — pregunta Lucas con molestia.— Tu karma, quizás. — dice él presionando con fuerza el pie del hombre que destruyó el mío.Quiero burlarme de eso, regocijarme en su maldito dolor, pero, ni siquiera puedo hablar porque mi propio dolor no me lo permite.— Llévame al hospital, no puedo permitir que mis padres me vean así. — susurro angustiada por cómo se encuentra mi cuerpo.— Tranquila, puedo ayudarte.— Sí, lo estás haciendo ahora y te lo agradezco mucho, así que, abusaré de tu confianza y te imploraré que me ayudes, necesito ayuda. — digo angustiada.Él niega y regresa su atención al hombre que sigue consciente y me gusta que a
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