Narra Eydran
Me quedo sorprendido viendo a la mujer que huye como todo un animal asustadizo sin importarle que me ha causado un dolor bastante grande. ‘Parece que nuestra pareja es indomable y osada. Es sorprendente para ser una humana.’ Me dice mi lobo interior. — La encontré, realmente la encontré. — digo aliviado. Aunque quiero ir detrás de ella y explicarle la situación, el enfrentamiento con la manada aire no da tiempo para desviarme de mi trabajo. Por eso, me transformo en lobo y corro lejos de mi antiguo refugio, dándole tiempo a ella para que asimile lo que seguramente en su tiempo de vida como humana, nunca había experimentado. ‘Arreglaré las cosas, te aseguro que volveré a verte. Te buscaré y no permitiré que alguien te haga daño.’ Digo sintiendo como mi corazón late de una forma diferente… al compás de mi alma destinada. Corro rápido, hasta que me encuentro con mis lobos que aún no puedo identificar con el olor, pero, si reconozco por su sumisión apenas me ven. — Alfa… — Ya me han informado lo que sucede, me encargaré de esto y volveré. — digo corriendo hacia donde se encuentra la manadas que son enemigos de mi manada, pero, se están esforzando por ser míos directos. ‘Tanto buscar la pareja y ahora que la conocemos, es que van a molestar. Como ella se marche de donde la encontramos, debemos quemar su manada por imprudentes.’ Me dice mi lobo inferior mientras diviso el enfrentamiento entre manadas. — Lobos de la manada Luna llena, organícense en posiciones de ataque, ya no tienen permitido solo defenderse, si la manada aire quiere un enfrentamiento, yo los voy a complacer esta noche. Me caracterizo por ser un hombre pacifico, no me meto con los asuntos de otras manadas y busco la manera de resolver todo de manera calmada, pero, ahora no estoy de humor para perdonar y permitir que ellos retrocedan. Por eso, con ferocidad me lanzo sobre ellos, uniéndome tan perfectamente con mi espíritu lobo, que solo veo puntos disponibles para hacer daño y es eso lo que uso a mi favor para terminar con esta manada tonta que solo sabe causar problemas. — Gran alfa, hemos terminado, los lobos que han venido para ser el refuerzo se han marchado huyendo. — ¡Fue muy despiadado! — ¡Es magnifico, gran alfa! — Su poder es maravilloso, pensábamos que no peleaba porque no sabía, pero, ahora comprendemos que controla su poder o todos lo temerían. — dice Fausto, mi buen amigo beta. Todo ha terminado, pero, también la noche y por ello, temo que la mujer que escapó de mí no se encuentre donde la dejé. — Informen a mi padre lo que sucedió y si se sorprende mucho, dígale que quien me moleste cuando estoy muy ocupado, conocerá de mí una parte no pacífica de la que pocos pueden sobrevivir. — digo corriendo hacia el lugar por donde vine, porque realmente quiero marcharme de una vez por todas a encontrarme con mi pareja destinada. — Gran alfa, por favor… — No tengo tiempo para hablar con ustedes. — finalizo. Mi corazón se expande, es un solo latido distintivo que siento y me dice que mi pareja destinada está asustada. Por lo que, pienso lo peor sobre los hombres que estaban intentando hacerle daño. ‘Que tonto eres, Eydran, debiste sacarle el nombre del bastardo que los mandó y darle una buena lección para que no se meta con mi mujer. Debí defenderla antes.’ Me digo mentalmente. ‘Sí, fuiste tonto, si no te insisto que ayudes a la chica, no habríamos notado que es nuestra pareja destinada.’ Me dice mi lado lobo. Me quedo callado, el querer evitar problemas casi me lleva a no conocer a la mujer que está destinada a mí, pero, esta vez va a ser diferente, no voy a permitir que le hagan daño. Intento inhalar tan profundo como pueda para percibir su aroma, pero, mi problema para percibir cualquier aroma impide que identifique donde se encuentra. Además, es una humana y por ello, no tiene feromonas de loba que se expanden más de diez veces el aroma para que pueda percibirlo. ‘Mal momento para tener una pareja destinada humana.’ Me digo mentalmente. Desesperado, llego al lugar donde la vi la última vez e imploro que ella se encuentre sola, por eso, avanzo mirando todo a mi alrededor e incluso, me transformo en humano para no asustar a los humanos que cuando sienten temor son más peligrosos que cualquier animal. ‘Tú eres la prueba de eso, porque la humana te mordió, afortunadamente no tiene mal de rabia o tendríamos que revisar si es muy grave el contagio.’ Se burla mi parte lobo y yo lo silencio porque sigo sin encontrar mi pareja destinada. Intentando encontrar a mi mujer, entro a una propiedad privada donde de inmediato, aparece un hombre con una escopeta y el típico miedo disfrazado de los humanos para hacer daño. — ¡Fuera de mi propiedad! — grita el hombre. — No vengo a hacer daño, solo quiero saber sobre la mujer que fue herida anoche. El hombre abre sus ojos sorprendido, pero, rápidamente disfraza sus emociones para finalmente empuñar con más fuerzas su arma. — No sé de quien estás hablando y no me importa, así que, largo de mi propiedad. — Sabes de lo que hablo, tu cobardía podía olerse a kilómetros, porque mientras ella pedía ayuda, tú solo fingías no escuchar. Se hombre, naciste siendo uno y no nos dejes mal. — ¡Fuera de mi propiedad! — grita el hombre mientras unos autos se acercan rápidamente. — No preguntes por nada, ni menciones lo que escuchaste o tus días se convertirán en minutos de vida. — dice el hombre regresando a su casa con tanto miedo que me giro para esperar los autos. ‘Tal parece que la causa de que nuestra pareja se marchara viene por su propia voluntad hacia nosotros.’ Me dice mi lobo interior. Los autos se detienen y yo niego al ver lo patéticos que se ven con tatuajes tontos, cortes sin importancia y armas que solo les ayuda levemente a tener valor frente a las personas que no pueden defenderse como ellos. — Busquen a la perra esa y tráiganla aquí aunque sea arrastrándose. — ordena un hombre con tatuajes incluso en su rostro. ‘Pareja, ¿cómo fue que te involucraste con esta basura?’ me pregunto mentalmente.