Capítulo 5: Enfrentarlo

Observo al hombre que avanza con paso firme por el lugar como si fuera el amo y señor de todo lo que nos rodea, así que, yo espero que se meta conmigo e intente humillarme como seguramente está acostumbrado.

— ¿Qué haces aquí, basura?

— ¡Sal de una vez por todas, Vicente! ¡Sé que estás en casa! — dice uno de sus perros y yo camino rumbo a la siguiente finca que está unida al lugar donde encontré a la mujer.

— ¡Oye, ¿A dónde vas?! ¡Te hablé a ti, maldita basura! — grita el bastardo y yo continuo mi camino porque yo no me llamo así.

Entonces, el bastardo dispara cerca de mis pies y yo me quedo inmóvil esperando que me rodee, pero, sigue dando órdenes como si él fuera el único jefe del mundo.

— Te estoy hablando a ti, basura. Así que, gírate y muéstrame respeto si no quieres morir. — dice él y yo continuo con mi camino.

Por lo que, él se desespera al punto que se coloca frente a mí apuntándome con un arma en la frente para supuestamente asustarme. Por eso, las ganas de destruir el arma con su mano, se intensifica, pero, mi padre haría todo un drama porque estoy dañando a los humanos débiles.

— Quita tu arma si no la vas a usar.

— ¿Qué te dice que no usaré el arma que con firmeza agarro?

— Porque de hacerlo ya habrías disparado. — respondo.

— Arrodíllate. — ordena él y yo sonrío.

‘¿Qué le hace pensar que yo siendo el gran jefe alfa va a arrodillarse delante de un idiota humano?’ me pregunto mentalmente.

El hombre parece que no comprende que se debería hacer cuando uno debe retroceder para sobrevivir, pero, yo sí le voy a enseñar ello para que no moleste a mi mujer. Así que, sin dudarlo golpeo con fuerza el arma que cae al suelo doblada mientras el bastardo sigue sin notar el peligro en el que se encuentra.

— ¿Te atreves a rebelarte contra tu jefe?

— No sabía que alguien puede ser tan ignorante para no ser capaz de identificar alguien de sus filas o fuera de ella.

— Jefe, aquí están. — dice uno de sus perros guardianes.

— ¿En dónde está esa perra?

— Jefe Marcus, yo no sé dónde se encuentra. Le aseguro que no voy a mentirle, realmente no sé. — dice el hombre que se mostraba con mucho valor hacia mí.

Ahora tiembla tanto que parece una gelatina o uno de esos perros que siempre tiembla, por lo que, yo ignoro al idiota y continuo mi camino, pero, él no está interesado en lo más mínimo en su negocio, si no, en defender su orgullo y hombría la cual no posee.

— ¿Acaso te he dicho que te muevas?

— Pensé que había sido claro contigo, pero, no fue así. Tu nivel de inteligencia es muy reducido y por eso, no comprendes lo que está sucediendo. — digo agarrando con fuerza su brazo, pero, él no cede como me gustaría, parece que está listo o cómodo con mi agarre fuerte.

— Sin duda, eres nuevo, pero, eso no quiere decir que perdonaré tu ofensa. Estás en mi maldito territorio, aquí yo soy el amo al que suplicas que te perdone por respirar cerca de mí o cualquier otra cosa, así que, te recomiendo que recapacites y hagas las cosas correctamente. — dice él y yo sonrío.

‘Recuerda que no puedes lastimar a los débiles porque por mucho que tengas motivos de sobra, quedarás como un abusador, porque no están en el mismo nivel de fuerza o poder.’ Me digo mentalmente.

Aunque no me agrada no darle su castigo a quien lo merece, me contengo de esos pensamientos violentos, porque es un simple humano.

— Apártate de mí vista, si es que realmente quieres seguir viviendo en tu imperio donde todos alimentan tu ego. — respondo con frialdad.

— ¿Mi ego? Es más grande que eso. Pero, no voy a explicarte, quien no es capaz de respetarme ni temerme, debe morir. — dice él y yo sonrío.

El bastardo me da un golpe en el pecho y aunque si me duele, no me molesta, porque eso quiere decir que tiene mucha fuerza y que lógicamente, puede soportar mi respuesta, una que no dudo en darle con un gancho que lo hace retroceder, pero, no caer.

‘Un momento, debes tener cuidado, este hombre no parece ser humano.’ Me dice mi parte lobo.

‘Si quieres ser útil deberías sanar mi olfato para así identificarlo como lobo u otra especie, maldita sea.’ Le digo con molestia.

‘No es mi culpa que nos lastimaran y sanar así requiere de otro tipo de ayudas que quizás, si tenemos suerte, podríamos sanarnos después de encontrar a nuestra pareja destinada.’ Me dice mi lado lobo.

Sin una respuesta clara de la persona con la que estoy lidiando, me preparo para pelear porque él no es un hombre común, algo me dice que no es humano y mi lobo no está seguro de lo que pueda ser por la ausencia de olfato para diferenciar feromonas o cualquier otro olor.

— Parece que quieres morir y yo que estaba molesto porque no hay alguien que pueda resistir tanto como quiero, pero, vienes tú y apareces en el momento que más lo necesito.

— No acepto. — respondo con seriedad.

— ¿Qué dices? — pregunta él aturdido.

— Tu confesión no la acepto, así que, si tenías pensado pedirme matrimonio, lamento decirte que yo no siento atracción por los hombres, en especial cuando me desagrada el hombre que intenta conquistarme. — respondo y eso hace que él se enoje tanto que corra hacia mí.

Parece un toro salvaje y yo estoy listo para destruirlo, porque si va a estorbar, después me arreglaré con mi padre por lo que voy a hacer.

— ¡Contigo voy a cobrarme lo que me hizo esa perra!

— No te atrevas a tratar así a mi mujer. — digo y él se lanza sobre mí, pero, yo le respondo con un puño en su estómago que saca por completo su aire.

— M****a.

— ¿Creíste que eras rápido, idiota?

— Fue un golpe, pero, no es suficiente para someterme. — dice él enrojándome al punto que los dos caemos al suelo.

‘Él no es humano, ahora estoy completamente seguro.’ Me digo mentalmente.

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