Decir que mis padres no han caído bajo el embrujo de Nadya, sería mentir. Mi pequeña, que apenas sonríe, porque se la pasa durmiendo, tiene encantado a todos los demás.
— Es tan hermosa. — dice mi madre y yo me siento increíble.— No puedo entender cómo fue posible que duráramos tanto tiempo sin tener una pequeña bendición como está. Oh, siento que estaba viviendo de una forma muy incompleta. — digo sonriendo al ver a la pequeña que disfruta de tener toda la atención.— Debemos concentrarnos en la fiesta. Las anfitrionas no deben dejar a sus invitados solos por mucho tiempo. — dice uno de los primos de Eydran.Mi madre, no deja que alguien más cargue a la niña. Son ellos los que disfrutan de la pequeña, aunque lo hacen con temor, ya que, mi hija se transforma en lobo cuando estornuda o simplemente quiere hacerlo.